martes, octubre 24, 2006

Foro en Berkana (IV): Normalización y la historicidad de la mirada gay

Al hablar sobre la posibilidad de una normalización, pues hubo bastante unanimidad en el foro. No hay normalización. Hay, como alguien dijo, “una relajación”. Por no decir que el propio concepto de normalización es profundamente problemático, como destacó otro. De nuevo veo que vuelve a aparecer la tradición malditista: el homosexual no ha de ser “como todos”, ha de utilizar su diferencia y su marginación para encontrarse a sí mismo en prácticas y emociones que nunca serán asimilables. La propuesta me interesa bastante, aunque también diré que el arte que produce (Bruce LaBruce y compañía) me interesa menos. Supongo que en último término el problema aquí es que de verdad creo que el cine de masas, ahora, necesita recurrir a narrativas clásicas y si damos demasiados pasos hacia la no-asimilación, perdemos al público. No sólo al hetero. También al gay.

Otra idea interesante que a veces se olvida. La historicidad de la mirada. Dos cosas aquí. Primero: la mirada gay tiene necesidades y expectativas diferentes según el momento histórico. En los setenta y los ochenta tendíamos a buscar lo gay donde no estaba realmente, porque no estaba en casi ningún sitio y donde estaba nos interesaba poco. Pero ahora, con más imágenes, más espacios de libertad, la cuestión es menos apremiante. Segundo: la mirada gay varía con la edad. Un joven que está saliendo del armario busca en el cine cosas distintas a un señor de sesenta años. Todo esto significa que hay que hacer un esfuerzo por no caer en un esencialismo de la mirada gay, sortear el espejismo de que el concepto “gay” se refiere a una realidad monolítica y estable. No es así. Hay tantas realidades como instantes y personas. Buscar líneas de fuerza, temas recurrentes, es el desafío aquí.


(La primera foto es de Far from Heaven, la segunda de Velvet Goldmine, dos intentos de historizar la mirada gay, ambas de Todd Haynes)

2 comentarios :

  1. En refrencia al último comentario de esta entrada. Una reflexión.
    Es un ejercico tan sencillo como pensar en: ¿buscábamos lo mismo en nuestras relaciones con 18 años que con 30?
    Un beso

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  2. Anónimo12:52 a. m.

    Exacto. Es lo que alguien comentó. Que en diferentes momentos buscamos cosas diferentes. A mí, por ejemplo, ahora las tramas sobre salir del armario me aburren un poco, y en los ochenta me encantaban.

    Y en diversas épocas hemos buscado cosas diferentes.

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