miércoles, septiembre 06, 2006

¿Qué es cine gay?: (I) Cine gay como experiencia

El cine gay no es una sola cosa. Para cada uno significa algo distinto. En cuatro entradas propongo diversos modos de aproximarse al cine gay. Yo creo que los cuatro criterios son importantes.

Primero, un criterio tautológico. El cine gay como resultado de la relación entre un chico o chica gay y el cine. Así de fácil. Por supuesto ninguna relación es simplemente arbitraria o espontánea, pero aquí me refiero a un tipo de actitud muy visceral. Uno de los aspectos que más me interesaría explorar en este proyecto es el de la experiencia real del cine de los gays, remitiéndome a lo biográfico. Contemos historias de cómo empezamos a ir al cine y cómo nos afectó el cine en nuestra evolución como gays.

Todos tenemos, seguro, muchas, pero como ejemplo, lo primero que se me ocurre es mi relación con Richard Gere. De esto hace mucho, mucho tiempo.

Los de mi generación crecimos en un mundo que no hablaba de homosexualidad o que cuando hablaba de ella no nos interesaba sentirnos identificados. El cine abre la posibilidad de una experiencia que es a la vez pública e íntima, concreta y emocional, fija y fluida. Mi primera época de fiebre cinéfila se extiende de 1977 a 1984 y coincide, de manera casi exacta, con mi adolescencia. Al crecer en un pueblo mediterráneo, el cine era una fantástica ventana a otros mundos, y cualquier otro mundo me parecía mucho más glamuroso que el mío propio. Supongo que es una experiencia familiar. Dado que no tuve “experiencias” con compañeros de clase, algo que parece haber sido importante para tanta gente, el cine era para mí un laboratorio de experimentación de la fantasía. Recuerdo mi fetichización del cuerpo de Richard Gere en tres o cuatro películas de principios de los ochenta, que se impuso de tal manera en mi imaginación que todavía dura y tuvo un momento de remonte con la revisión de mi pasado cinéfilo causada por la aparición de los DVDs que me permitieron revisarlas. Probablemente si mi adolescencia hubiera tenido lugar antes o después, mi fetiche habría sido otro. Pero de entre todas las posibilidades en torno a 1980 la elección de películas como American Gigolo, Yanquis, Oficial y caballero o Sin aliento no es casual. Recuerdo por ejemplo como algún crítico de Fotogramas avisaba a los interesados de los desnudos de Gere, cómo Gere se construía como icono homoerótico. Pero para mí lo importante de películas como American Gigolo no era simplemente que Gere saliera apeteciblemente desnudo, sino que tal desnudez era también percibida por el crítico de Fotogramas. Era una manera un tanto barroca de compartir una experiencia del homoerotismo a través de una complicidad que en mi vida cotidiana percibía como imposible.

Lo que quiero decir es que son aspectos importantes a la hora de hablar de cine gay. En estas películas hay, sin duda, aspectos homoeróticos "objetivos" y forman parte de la historia de la representación del cuerpo masculino en el cine. Pero esto no significaría gran cosa si no existieran miradas compartidas que han hecho estas representaciones relevantes, que han tenido un impacto en vidas reales.

¿Alguien quiere compartir fetiches, recuerdos, historias personales?

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13 comentarios :

  1. Supongo que el tema tiene mucho que ver con las circunstancias personales...

    Yo nací en el 82, así que mi adolescencia fue a finales de los noventa, en una ciudad de provincias, antes de venir a estudiar a Madrid...

    Eran los años de tremenda explosión mediática de Di Caprio y Titanic, aunque a mí me gustaban más los pectorales de Matthew McConaughey, que empezaba a despuntar con 'Tiempo de matar' y 'Contact', o la afición a desnudarse de Juan Diego Botto...

    Y dos lugares claves que recuerdo eran la videoteca del lugar, donde conseguía VHS -el DVD aún no había desembarcado- de Montgomery Clift, que era (y es) de mis preferidos en todos los sentidos... y la página sobre desnudos en películas de FOTOGRAMAS, la firmada por 'Cándido Mirón', que muchas veces publicaba fotos de tíos desnudos o con muy poquita ropa...

    :))) Qué recuerdos...

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  2. Sentí que me temblaban las piernas el día que ví en el cine Flash Gordon (1980)

    http://www.imdb.com/title/tt0080745/

    Tenía a un lado a un chico rubio que apretaba su pierna contra la mía cuando Flash aparecía con el torso al descubierto.

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  3. ¡Yo también recuerdo esa película con un toque de homoerotismo!

    De hecho no la he revisitado desde el estreno, pero creo que debería. Tanto colorín olía a pluma. Por no hablar del maquillaje de Max Von Sydow, como audicionando para hacer de princesita Turandot. Pero como dice José una de las cosas que llama la atención es del desnudo totalmente gratuito del protagonista. CREO recordar (¿o los recuerdos me juegan una mala pasada?) que en un momento dado lo adormecen y se despierta con una especie de calzón DE CUERO (¿era rojo?) y empezaba a pasearse en torno a Ornella Mutti. Uno no podía percibir el menor conato de erotismo entre la Mutti y el Jones. He de decir que en aquellos momentos yo arrugaba el hocico bastante porque opinaba santamente que el chico no era "lo suficientemente" guapo. Pero pasan las décadas y la edad nos pone el deseo en el sitio. Así es la vida.

    Alberto

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  4. Tampoco yo la he vuelto a ver pero desde luego recuerdo la impresión que me produjo ver ese enorme torso desnudo lleno de pelos ocupando tantísimos metros cuadrados de pantalla (cuando las pantallas eran enormes)

    También recuerdo el absoluto silencio en el cine y los comentarios de los colegas (entre ellos el que me rozaba con su pierna): ese Flash Gordon es un poco maricón ¿no?

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  5. Lo de la pierna yo lo viví en un pase de Filmoteca de 'Confidencias', de Visconti, cuando salía Helmut Berger.

    Que es otra que también invitaba al asunto...

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  6. Creo que se puede hacer un club de piernas moviéndose en momentos clave.

    Recuerdo a finales de los ochenta en Londres, un cine, desaparecido, que se llamaba el Scala. Ahí las piernas (y otras muchas cosas) iban que volaban.

    De hecho uno iba a ese cine a ver las películas (ponían cosas REALMENTE interesantes, casi todo el cine trash que he visto en mi vida fue allí) pero acababas asumiendo que otra parte del asunto era la posibilidad de aventura. A veces decidías que nada de nada y te sentabas en primera fila porque de verdad estabas dispuesto a ver la película sin distracciones. Pero era inevitable y algo adictivo.

    Ay, el carrot cake, el café recalentado, los programas trash, el ruido del metro. Tardes del Scala. Y noches. Por cierto, se cerró por culpa de Stanley Kubrick. Sabéis que Kubrick prohibió la proyección de La naranja mecánica en el Reino Unido, y el Scala rompió la prohibición. Se les demandó y tuvieron que cerrar. Supongo que la cosa ya iba mal: a principios de los noventa había una eclosión de locales gays y la gente ya no iba al cine a estas cosas. Un poco paralelo al asunto del Carretas.

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  7. recuerdo viedno en tv, de chaval, en La Clave, la pelicula El planeta de los simios. En una escena, Charlton Heston es perseguido y corre desnudo por campos llenos de vegetacion hasta la cintura. Me encontre a mi mismo buscando un resquicio entre las hierbas para verle desnudo. Yo tendria 8 o 9 años, fue uno de mis primeros iconos gays. Actualmente detesto a tal personaje y no le encuentro atractivo en ninguna de sus peliculas, hasta Mesalah me parece mejor persona!!!! :)

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  8. Anónimo8:43 p. m.

    Yo creo que lo que comentas en las películas de Richard Gere es lo mismo que se puede decir, por ejemplo, de Brando en "Un tranvía llamado deseo". No es tanto que exista un elemento homoerótico objetivo, sino que acostumbrados a que el elemento erótico siempre ha sido la mujer, en el momento en que comienza a ser el hombre, se convierte en objeto de deseo de los homosexuales que hasta ese momento no habían tenido referente alguno.

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  9. Cierto, Cinequeentiende, pero la impresión ante el cambio no nos la quita nadie. Fue como agua bendita en aquellos años en que el modelo Interviu estaba tan difundido

    Ahora bien, la historia parece que acaba por darnos la razón: recientemente leí unas declaraciones de Paul Schrader, el director de American Gigolo, que salió del armario en los noventa, reconociendo que la película es muy gay y que él nunca había trabajado con tantos gays. Al parecer en el equipo lo eran casi todos.

    O sea que lo que tenemos es lo de siempre: una película que es una fantasía gay en algunos sentidos y que, casualidad, resulta que varios gays han contribuido....

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  10. Anónimo6:04 p. m.

    Hombre, es que aquí entra en juego el "gayradar". Es como cuando sabes que alguien es gay sólo con verlo y sólo te percatas tú de ello. Un gesto o una mirada dice mucho. Los gays hemos generado nuestro propio código para comunicarnos entre nosotros y ese código nos vale tanto para hacer cruising en un parque público como al hacer zapping por la tele, reconocer que un personaje es homosexual sin que tengamos muy clara la explicación del porqué lo sabemos.
    No recuerdo ahora quién era, pero en ese extraordinario documental que es "El celuloide oculto" se habla de esa capacidad que tenemos para a la hora de ver una película reconocer si alguien es homosexual.

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  11. Claro, Cinequeentiende, pero a mí lo que me gustaría es ser más específico. No puedo recurrir a la ciencia infusa como explicación. Hace poco leí un libro, Flaming Passions, que explicaba todo esto desde una perspectiva psicoanalítica. Me parece una explicación terrible, esencialista y tal, pero al menos es una explicación.

    En lugar de intuición yo hablaría de inmersión subcultural. Creo que un gay criado en, digamos, Irán, o en un pueblo pequeño sin mucho acceso a internet o al cine, no tiene el mismo gaydar que alguien que ha crecido en Madrid. Cuando pienso en mi experiencia, el "gaydar" funcionaba de manera poco uniforme: de inmediato me di cuenta de que Jack Cole, el coreógrafo de Los caballeros las prefieren rubias era probablemente gay, pero me costaba mucho más leer el subtexto en La soga o Río Rojo. O lo de Arturo Fernández. Por supuesto es algo que aprendes. Y se aprende absorbiendo una cultura gay que es cada vez más explícita, cada vez más accesible. O sea que de alguna manera la cultura gay se "retro alimenta", cuanto más hay más vemos.

    Creo.

    Alberto

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  12. Anónimo4:50 a. m.

    "Acostumbrados a que el elemento erótico sea la mujer..." Debemos, entonces suponer que las lesbianas lo tienen 'más fácil' para descubrir iconos eróticos en el cine...

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  13. Anónimo5:47 a. m.

    Queda respondido con el articulo sobre iconos lésbico, quizá debi leer todo el blog primero. Aprovecho para decir que me parece muy interesante, también por mi relación con el tema como estudiante de cine.

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